¡Viva nuestro Ejército!

Ha dicho Rufián que «no es de recibo comunicar con tres hombres vestidos con veinte medallas en el pecho». Ha dicho Jon Inarritu que «se empieza con la UME limpiando instalaciones y se continúa con la militarización de la sociedad». Ha dicho Mertxe Aizpurua que «ya vale de blanquear la imagen del ejército español». Los tres son diputados, el primero por ERC e Inarritu y Aizpurúa por Bildu. Los tres son socios necesarios para conformar la mayoría que gobierna con Sánchez e Iglesias a la cabeza. Ni uno ni otro ha sido capaz de enmendar ni media palabra a los tres diputados que han insultado de suma gravedad a los militares que se están jugando la vida por todos y cada uno de nosotros en esta maldita pandemia: vascos, riojanos, andaluces, manchegos o catalanes, da lo mismo. Es más, a sus tres señorías las han tratado de héroes en sus respectivos corralitos mediáticos por verter semejantes detritus en el Congreso, en Twitter o en Catalunya Radio. Nunca había asistido al espectáculo de la más cobarde pasividad de un gobierno en la defensa de sus instituciones y sus profesionales. Los militares nunca dicen nada, no se quejan, no insultan... Siempre están ahí como un solo hombre cuando se les envía a morir en un avión que se cae a pedazos o cuando se les pide que monten un hospital en 18 horas. Ellos no tienen liberados sindicales, ni sindicatos que les protejan, ni apenas periodistas que se preocupen de sus problemas profesionales. Ellos están siempre ahí cuando se le necesita a pesar de la baja estopa de quienes les tienen que defender.