¿POR QUÉ SE VENDE NAVARRA?

Es desalentador Pedro Sánchez. Después de más de tres meses desde las elecciones generales (no sé si recuerdan que fueron el 28 de abril), se presentó en las dos fallidas sesiones de investidura sin haber trazado un acuerdo programático con nadie. Nada. Un teatro absurdo con Pablo Iglesias que desemboca ahora en Navarra con un gobierno del PSN con el PNV (Geroa Bai es Sabin Etxea) que necesita para ser real la abstención acordada de Bildu. Sánchez en estado puro de su desconcertante concepción de la política y de España. María Chivite será la presidenta foral merced al acuerdo con un partido heredero directo de ETA cuando el proyecto del nacionalismo vasco pasa inexorablemente por desespañolizar Navarra a toda costa. El PSN (con 11 diputados; Navarra Suma obtuvo 20) se ha emboscado en semejante singladura sólo atendiendo a dos razones, la necesidad que tienen los partidos de gobernar a toda consta y la rendición del PSOE al PNV en Madrid y en Vitoria. Es asombroso que en España no exista capacidad para formar una mayoría moderada (existe, miren los números) como sucede en buena parte de Europa y no depender siempre de los nacionalismos sectarios periféricos. No hay bloqueo, señor Sánchez. El bloqueo se dictamina desde la Moncloa con la estrategia milimétrica de Iván Redondo y la inteligencia electoralista de un PSOE absolutamente irreconocible como partido con un proyecto nacional para España. Lo más asombroso de todo es el silencio público de los que hablan en privado, de aquellos ‘susanistas’ de antaño que no mueven ni un pelo del bigote para que Sánchez no los despoje de su prebenda. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja