CAMBIA NO CAMBIA

Hace unos días todos los grupos del Ayuntamiento de Logroño consensuaron una declaración institucional en defensa de la Constitución, con la excepción de Cambia, que se abstuvo con afirmaciones de este tenor por parte de su portavoz Gonzalo Peña: «Ustedes se sienten cómodos en esta orgía de nacionalismos destructivos». O que «existían dos caminos: el de la democracia y el diálogo o el de la hostilidad y represión». Me parece esclarecedor que Peña y su grupo, tan preocupados como aseguran estar por la libertad y el pluralismo, jamás hayan hecho la más mínima mención a la situación de los mismos en Cataluña, con los medios públicos controlados por un gobierno que los utiliza como ariete contra todo aquello que no se acople como un guante a sus intereses y de los que salen los contertulios ‘no afectos’ para no seguir siendo los tontos útiles del sistema. Tampoco se suele referir Peña a la enseñanza catalana, en la que hemos visto señalar como apestados a los hijos de los guardias civiles o la manera que se utiliza desde hace décadas la pedagogía para crear criaturas independentistas desde los ocho años. Es asombrosa la forma en la que se han tragado el señor Peña y su grupo la mentira de la represión del uno de octubre y los 900 heridos proclamados por Puigdemont, líder de un gobierno que se ha saltado sin ambages todos los procedimientos democráticos de su parlamento, todas las leyes legítimas que lo amparan y que ha provocado una situación de desgobierno que pone en riesgo lo más sagrado de una sociedad: la convivencia. Peña y su grupo, al igual que Pablo Iglesias, se han convertido en insólitos y predecibles palmeros de un golpista. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja