KIRO VUELA ALTO

La sensación que voy a tratarles de describir la he tenido en contadas ocasiones. No sabría cuántas, pero muy pocas. Conozco a Félix Jiménez desde hace unos años y cuando me desveló que su sueño era abrir en Logroño un restaurante clásico japonés para diez personas lo primero que pensé es que estaba perdidamente loco. Poco a poco fui conociendo el proyecto, sus ideas, sus nigiris y al llevármelos a la boca comencé a comprender que Félix llevaba razón y que su locura no era la de un orate iluminado sino la de un verdadero apasionado de la gastronomía dotado de un mensaje y de un proyecto conmovedor no por su extraordinaria singularidad -que también- sino por su pasión, por una vocación irrefrenable y por un gusto exquisito en todos los sentidos que hace que cada una de sus recetas sean, además, una auténtica belleza. El fin de semana pasado me estrené en Kiro como un simple cliente dispuesto a disfrutar de la cocina japonesa de Félix Jiménez y desde el primer momento, con ocho desconocidos en mi misma tesitura, comencé a alucinar por la pureza del concepto gastronómico que propone y por la sublime calidad tanto del producto como de unas elaboraciones que con sumo cuidado iba depositando frente a nosotros. La misma sencillez de líneas que decora al local se atisbaba en cada uno de sus medidos pasos dentro de la barra. Esa manera de tocar, acariciar y cortar el pescado, de conseguir las bolitas perfectas del arroz o la belleza de los cuencos artesanos de Toño Naharro (que acompañan todas y cada una de las elaboraciones de este cocinero tan especial) son capaces de transportar al cliente a una especie de estado de irrealidad emocional, sacándote del contexto de la rutina cotidiana y logrando, a poco que uno sea sensible, introducirte en una esfera de placer único. Es un privilegio para la cocina riojana y para Logroño contar con un espacio único en su especie como Kiro, tan puro, tan distinto a lo convencional. Estoy convencido de que será un imán para amantes de la gastronomía y que habrá muchos viajes a La Rioja para gozar con los nigiris de Félix Jiménez, el gran valor emergente de nuestra cocina. # Este artículo lo he publicado en Degusta La Rioja / Diario La Rioja