CATALUÑA
Era algo menos que gratificante contemplar ayer dos hechos para nada circunstanciales. Al mismo tiempo que el tesorero de Convergencia Democrática de Cataluña apoquinaba 250.000 para salir de la cárcel, el presidente en funciones Mas se convertía en antisistema ‘pata negra’ para negociar en secreto con las CUP (Candidaturas de Unidad Popular) proseguir en el machito del Govern y continuar con el disparate de una independencia que está conduciendo a Cataluña y al resto de España a una catástrofe de consecuencias imprevisibles y mucho me temo que irreversibles. Mas esconde a su tesorero, a la familia de Pujol y a todas las corrupciones de su ‘cleptosoberanismo’ y se aferra al poder como una cucaracha patas arriba con un sentido estrafalario de la responsabilidad, del buen gobierno y de la libertad, ésa de la que tanto se proclama adalid pero a la que no para de violar en nombre de una patria que ha fundado expulsando del paraíso exactamente a la mitad de sus conciudadanos. Cataluña dividida y enfrentada y en manos de las CUP’s, una formación asamblearia, indigenista y comunista que por arte del juego de las mayorías se ha situado en el eje de la política catalana. O lo que es lo mismo, la culminación de un sainete insuperable y de un despropósito legal que hace que nos abochornemos frente al resto de Europa. Unas elecciones regionales y la presidenta de un parlamento que dice que no piensa hacer caso a la misma Constitución que ampara legalmente su puesto y privilegio. Es decir, que ella misma se deslegitima al romper con la legalidad que la ampara (que alguien se lo cuente) a sabiendas de que lo que busca es la foto de los Mossos o de la Guardia Civil (esto sí que sí) desalojándola de su despacho. ‘Povera patria’, que cantaba el siciliano Franco Battiato. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja