FUEGO EN LOS CUERPOS
Este calor está calcinando nuestra piel hasta límites insospechados. Un calor viral que se enciende desde por la noche y que funciona como un derretidor de cerebros implacable. Si no me creen, asómense a los periódicos o pongan la tele para comprobar que cuanto les aseguro es verdad. Y que conste que no lo digo sólo por el vuelo rasante del ‘SuperPuma’ riojano por la playa de la Barrosa, que hay que ver qué manera más irresponsable de desperdiciar gasolina asustando a los bañistas y poner en riesgo de forma innecesaria la vida de la tripulación y de cualquier desdichado al que se le pudiera caer semejante helicóptero encima. Uno que anda de verdad quemado es Alexis Tsipras, que en un ejercicio de acaloramiento supino ha puesto a su país contra las cuerdas sometiéndolo en apenas una semana a decisiones esquizofrénicas. La estrategia del no ha sido tan irresponsable, tan de mal dirigente, que no le queda más remedio que irse lo más lejos posible del gobierno de Atenas. El incendio griego también tiene sus derivadas españolas. El desastre de la candidatura de De Guindos para ser presidente del Eurogrupo ha revelado una vez más la legendaria falta de cintura de Rajoy, que ha dejado a España fuera del Comité Ejecutivo del BCE y con una única cartera europea, la de Energía. Pero la izquierda no ha quedado fuera de la quema. Sánchez sigue en una órbita lejana con palabras huecas y sin fijar posición, y el resto de las izquierdas (es decir, la de Pablo y las que buscan unidad popular) han quedado a merced del fuego de este julio pavoroso tan horneado como Trispas, al que cantaron como líder fatuo y del que no saben qué decir tras aceptar mansamente algo mucho peor que lo que pidió a su pueblo en el torticero referéndum. Menos mal que al final de año hay elecciones... # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja