Asunto muy vidrioso el de Podemos en La Rioja con la bicefalia no oficial guillotinada desde el comité central del núcleo mismo del aparato máximo del poder, que como todo el mundo sabe reside exactamente en la anatomía de Pablo Iglesias y su equipo. Antes de ser ya fueron lo que siempre dijeron que no querían ser a sabiendas de que no había otro ser que el que nos temíamos. No es una estrofa de un soneto gongorino, ni un hipérbaton, es la constatación de que una cosa es predicar y otra bien distinta esparcir el trigo entre los hambrientos de justicia. Y decía que me parece un asunto turbio, porque además del poder (esencia misma de todas las cosas del hombre político), se han deslizado acusaciones que tienen que ver con el haber (en su acepción más contable). El dinero de Podemos, o una buena parte de él, según denuncian los decapitados, «se logró a través de Todos Juntos Podemos». Las campañas electorales se hacen larguísimas para los posibles votantes y más largas todavía para las nuevas formaciones, que sin experiencia, o van hacia la autodestrucción o a las ideas vacías de contenido, al puro sarcasmo. Es decir, exactamente lo que comienza a suceder a Podemos y Ciudadanos, que sin apenas recorrido en estas lides mitineras de declaraciones constantes, se atribulan en su sino para demostrar a toda prisa el futuro de sus ideas. Y aquí, amigos, la experiencia es un grado: las campañas del PP y del PSOE, sin decir nada, dotándose a sí mismos de la rutina monocorde habitual y del tono a media altura, caminan exactamente por dónde querían. Cuca y Pedro seguirán mandando, quizás con algún apoyo exterior, pero mandando. Y el PSOE de Concha y Beatriz, en la oposición, bajando pero sin grandes descalabros. Es decir, como siempre en estos predios.
# Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja
