No pudo comenzar de mejor forma esta nueva edición de los Jueves Flamencos. Grandísimo concierto de Vicente Amigo, un gigante de la guitarra contemporánea, que ofreció una actuación detenida en el compás de la sutileza y la fuerza de un ansia creativa soberbia. Música macerada con un arsenal de técnica insuperable, un sonido perfecto y un repertorio medido en el que la flamencura de su guitarra de seda se dio la mano con el alucinante compás de la batería de Antonio Coronel y la refinadísima voz de un Rafael de Utrera, que dejó en sobre el escenario momentos de belleza absoluta, como en el tema ‘Autorretrato’ o en el delicioso ‘Corinto y Oro’, dedicado al torero José María Manzanares. Vicente Amigo conoce a la perfección la respiración de sus cuerdas y de la misma manera que él contó que los viticultores riojanos son capaces de sonsacar lo mejor de las cepas que nacen de amor a la tierra y la oscuridad silenciosa de las bodegas (lo personalizó y dedicó a su amigo del alma, Álvaro Palacios), él fue capaz de dibujar en el aire notas de absoluta inspiración en las que su rutilante técnica llegó a pasar inadvertida por la precisión milimétrica de su talento, de una manera de componer tan distinta y personal que daba la sensación –pura y frágil– de que los punteos iban quedándose como suspendidos en el aire y en el tiempo. Existe una evidente transversalidad en todas y cada una de sus composiciones difícil de explicar pero que hace que su música esté dotada de un aliento que recorre todos sus temas con un sonido y una cadencia tan personales que con sólo mecer la guitarra ya se sabe que el que la hace vibrar es Vicente. El tocaor de Córdoba comenzó con aires preciosistas de Levante que acabaron deslizándose hasta la soleá con temple de acero. O el otro gran instante en solitario: la taranta ‘Un momento en el sonido’, del disco del mítico tema ‘Campo de la Verdad’ (dedicado a José Tomás), una de las composiciones flamencas más complejas y hondas que se han publicado en los últimos años, sólo comparable por su magnetismo a ‘Ventanas al alma’ o la minera que dedicó Rafael Riqueni a Ramón Montoya en su austero disco ‘Flamenco’, de 1987. Vicente Amigo nos habló de su disco ‘Tierra’ con temas tan emotivos como la canción ‘Roma’ o la que da nombre al disco, en el que la guitarra se mece de una manera asombrosa con cambios de ritmo técnicamente casi imposibles pero que para él dan la sensación de resultar asombrosamente sencillos. Es el milagro de la música, el privilegio de una de las cabezas pensantes más pródigas del panorama actual que, alejado de la modas o de los compromisos comerciales, compone con dolor para hacernos sentir, compone con hondura para hacernos soñar, compone con la rara sencillez de los genios.
o XIX JUEVES FLAMENCOS. Guitarra en concierto: Vicente Amigo Segunda guitarra: Añil Fernández Cante: Rafael de Utrera Percusión: Antonio Coronel Concierto inaugural de la XIX edición de los Jueves Flamencos del Teatro Bretón. Jueves, 22 de enero de 2015. # Esta crónica la he publicado en Diario La Rioja.