EL PRINCPIO DE LA GRAN COALICIÓN

El PP sabe que no es Nueva Democracia (aunque no cabe la menor duda de que Mariano lo está intentando con todas fuerzas de la mano de Soraya y tantos otros colaboradores) y el PSOE está haciendo lo imposible para autoconvencerse de que no es el PASOK, aquel partido hegemónico de Melina Mercury y Papandreu que ha desaparecido en el sumidero de las elecciones del pasado domingo. El colapso electoral del Egeo ha sumido a nuestra clase política en el agujero del pánico. Miedo que se multiplica ante la incertidumbre de su no-futuro. La increíble traición de Zapatero y Bono a Pedro Sánchez es tan dolorosa para el actual secretario general del PSOE que Susana ha convocado elecciones en Andalucía para no correr riesgos y dar el salto a Madrid si la cosa se tercia. Susana ganará en Andalucía, por enésima vez a pesar de contar con los peores indicadores económicos de la Unión Europea, y si es menester tirará de Moreno Bonilla para asegurarse la mayoría frente a Podemos. Se ensayará la gran coalición que nos espera. Este fin de semana los líderes del PP han estado de monólogos en una especie de convención en el que todo el mundo dice que todo va estupendamente. Incluso Aznar, que fue el que colocó a Mariano y que ahora lo sacan de paseo para que diga las mismas cosas de siempre en los periódicos, a sabiendas de que en buena parte el desastre del nacionalismo se gestó en su etapa en el Gobierno, cuando hablaba catalán con Pujol y vendía a las castas autonómicas lo que fuera menester para mantener su estabilidad. La cuestión es que el PP ha desaparecido prácticamente en el País Vasco y es residual en Cataluña. No logrará mayoría y tirará del Pasok, quiero decir del PSOE de Susana que es el principio de todas las esperanzas y el final de esta España con Podemos a la vuelta de la esquina. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja