LA NOVIA DE CHARLES MANSON
Yo pensaba que Charles Manson estaba muerto porque desde que tengo –aparente– uso de razón conocía vagamente sus andanzas asesinas y que permanecía preso a cal y canto en una de esas impresionantes cárceles americanas. Me lo imaginaba, con su cara de loco, con los grilletes en brazos y piernas, enterrado, y bien enterrado, en el fondo de aquella cultura popular norteamericana de los setenta repleta de LSD, de paseos por el lado oscuro y de propaganda. Para quien no lo sepa, Charles Manson, que era un sórdido compositor de medio pelo y que había llegado a coquetear con algún miembro de ‘The Beach Boys’, le dio una noche de 1969, en compañía de algunos seguidores fanatizados, por asesinar de dieciséis puñaladas y colgar después en el techo a la bellísima Sharon Tate, la mujer de Roman Polanski, que además estaba embarazada de ocho meses. Una de las amigas de Manson, Susan Atkins, (apodada Sexy Sadie) empapó una toalla en la sangre de Sharon y escribió ‘Pig’ (cerdo) en la puerta de la casa. La leyenda de Manson de multiplicó cuando dijo que el crimen se lo había inspirado ‘Helter Skelter’, una canción de ‘The Beatles’. Pues bien, me acabo de enterar de que el asesino Manson sigue con la misma cara de loco, que acaba de cumplir 80 años, que continúa en la cárcel y que se ha echado novia. La señorita en cuestión se llama Afton Burton, tiene 54 años menos que el convicto, y le adora porque se identifica con la filosofía ambiental de Manson, que se basa en el aire, los árboles, el agua y los animales: «La tierra es una roca y todo lo que hay es eso», asegura una muchacha que dice haber nacido para «estar a su lado». Cuando me digo a mí mismo que estoy loco, cosa que hago constantemente, en realidad no puedo imaginar hasta qué punto puedo comprender que en este mundo tiene que haber gente para todo, hasta para enrollarse con Charles Manson. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.