MARIANO Y EL FUTURO DEL PSOE
Con Don Juan Carlos convertido en emérita majestad y Rubalcaba totalmente facturado tras conseguir ser el líder con los números más ruinosos de la historia electoral del PSOE, sólo queda de la vieja armada Mariano Rajoy al frente de este paquebote llamado España. El capitán Mariano acaba de declarar en FAES que «ama profundamente la estabilidad» ante la mirada gélida de Aznar, almirante único del PP cuando impuso con su dedazo a Rajoy para sucederle. Pero le salió rana la maniobra y Mariano al que sucedió de verdad y con todas las consecuencias fue a Zapatero, del que se ha convertido en inesperado alumno de ventaja. Y como «ama profundamente la estabilidad», Mariano ha decidido quedarse quieto pensando –no se sabe muy bien de qué manera– cómo va a ser capaz de sobrevivir a lo que se le viene encima. En noviembre Cataluña; después las autonómicas y a continuación las generales. En las encuestas hay tal cataclismo del Partido Popular que ahora parece un triunfo que conserve un tercio del poder actual. ¿Es malo esto? No. Lo terrible es en manos de quién puede caer el resto de la tarta. El domingo sabremos el nombre del triunfador de las primarias del PSOE, aunque personalmente y a pesar de que lo he intentado, no he sido capaz de conocer la más mínima propuesta de cada uno de los candidatos (nada nuevo, por cierto). Del PSOE que nace sólo espero una cosa, que no sucumba a los cantos de sirena de Podemos ni a la revolución comunista que propugna Alberto Garzón en la IU de Cayo Lara, que ve cómo le crece el enemigo en su propia casa. También espero que el nuevo líder aprenda la lección de Cataluña: de ser partido de Gobierno en la Generalidad a convertirse en la nada tras el tripartito y su indefinición en la defensa de la Constitución. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja