Olvido Hormigos Carpio ha saltado de Los Yébenes a
las escabrosas polémicas más estelares por esa manía que tenemos los españoles
de meternos en la vida de los demás acogotados por lo aburrido de nuestra
existencia. Resulta que Olvido es concejala y que uno de sus juegos sexuales
–grabarse mientras se masturba para el deleite de su marido– saltó del móvil a
Internet inexplicablemente, casi como aquellas fotos de la mujer de Cañizares
en la ducha que aparecieron en ‘Instagram’ por culpa de las hijas del rubísimo
cancerbero, tal y como el propio portero explicó días después para el asombro
del resto del mundo, incluidas sus hijas y su buena señora. En fin, que Olvido
se lo hacía a solas pero dejando una rendijita abierta para su pareja sin darse
cuenta de que el mundo dos punto cero no entiende de soledades. Y es viral. Por
eso la cosa se multiplicó por las redes y la buena mujer, abrumada, parece que
ha tomado la decisión de borrarse de la vida pública. Obviamente, su vida
sexual es suya y sólo a ella le compete. Ahora bien, la bola que se ha montado
con sus compañeros tuiteros pidiéndole que no dimita con frases como la de
Eduardo Madina que se ha descolgado con esta chorrada –«¡Basta ya de esa España
de Bernarda Alba! Por favor, Olvido, no dimitas»–, no tiene precio. Los
políticos no tienen precio, Olvido Hormigos lo sabe y si ella toma la decisión
de dimitir, de quedarse o de hacer lo que le venga en gana, bien estará. Nadie
le ha pedido que se vaya, querido Madina, y si se marcha o se queda no tendrá
nada que ver ni con Bernarda Alba ni con el marqués de Bradomín. Los políticos
en vez de preocuparse de la crisis y otras nimiedades siguen abordando lo
realmente importante sin darse ni un ‘tuit’ de tregua. # Publicado en Diario La Rioja