A FAVOR DEL REFERÉNDUM

Que Cataluña se vaya a marchar de España no es ninguna novedad porque en realidad el asunto se viene precipitando desde que Jordi Pujol llegó a la Generalitat y estableció su plan maestro de desamarre. En realidad, Cataluña hace años que se fue de España con la aquiescencia de los diferentes gobiernos centrales, quienes, sin solución de continuidad, han ido dejando hacer a la religión nacionalista (única y verdadera) a cambio de los necesarios apoyos parlamentarios en el Congreso de ‘Madrit’. Aznar, por ejemplo, se cargó a Aleix Vidal Cuadras cuando el PP en Cataluña tenía cierta relevancia y no era el partido fútil en el que ahora se ha convertido. El PSOE de Felipe renunció a sus orígenes sociales y literalmente desapareció en manos de los catalanistas como Maragall o esa nadería intelectual que supuso aquel autoproclamado señor normal llamado Montilla. ¿Se acuerdan? Me parece perfecto que haya un referéndum por la independencia con una pregunta clara para los electores: ¿Quiere que Cataluña se independice del Reino de España? Ni más ni menos, ni federalismos rubalcábidos ni estados libres asociados ni Andorra ni Puerto Rico. Si es adiós, es adiós con todas las consecuencias. Adiós a España es despedirse de la UE, del BCE, del espacio Schengen, de la OTAN, de Eurovisión y hasta de la LFP. Una pregunta clara y una consecuencia igualmente clara si este Mas enloquecido quiere entronizarse históricamente como el Guardiola del catalanismo. Referéndum, sí. Además es posible constitucionalmente (Art. 92) pero sin ambages y a sabiendas de que mientras en el Parlament de Cataluña Mas anunciaba el asunto de la autodeterminación, la Generalitat pedía el rescate al Gobierno Central. Menuda coña. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.