HAY OTRA CRISIS Y NO ES ÉSTA
Un buen amigo, gran periodista por cierto, me comentaba hace unos días, que a pesar de la brutal crisis económica que vive nuestro país, existe una crisis mucho mayor y que probablemente sea la primera consecuencia de ésta, que tiene un carácter mucho más difuso pero que costará sangre, sudor y lágrimas extirparla si es que alguna vez lo conseguimos. El milagro económico en el que se sustentó la modernización de España tras la muerte en su cama de Franco y los convulsos primeros años de la Transición se basó en dos pilares: consenso y reconciliación. La idea era que España era un proyecto común y que el desarrollo social se tenía que basar en el esfuerzo de todos y el perdón de las barbaridades de la Guerra Civil y la represión del Franquismo. Y fue un logro de dimensiones descomunales. España recuperó a todos los españoles y sólo se situaron fuera los terroristas (que sólo anhelan la destrucción de España) y los sectores ultras que fueron disolviéndose y quedando como marginales melancólicos del manido ‘Una, Grande y Libre’. Sin embargo, los afanes soberanistas de unos y la ruptura con el consenso básico de Zapatero (España es un concepto discutido y discutible, llegó a decir) volvió a descoser la urdimbre básica que nos habíamos dado para entrar en este precipicio en el que estamos, alentado por muchos sectores (el PP también) que nos ha llevado a este desconcierto autonómico derrochador en su esencia centrífuga y disociadora. Reivindico ahora aquel espíritu emprendedor de nuestros padres, aquel bien común, aquella dignidad sobreseída por una España cantonal, previsible, aburrida y anestesiada en la que sólo se piensa, como decía Unamuno, por aforismos y definiciones. # Publicado en Diario La Rioja