¿HAN OÍDO HABLAR DE ESPAÑA?
Por si acaso no se habían enterado resulta que se está celebrando una eurocopa por la parte de Polonia y Ucrania y por eso en infinidad balcones se hace flamear la bandera española para apoyar por telepatía a nuestros estupendos jugadores. La bandera ha vuelto a salir a la calle y en esta ruina de país que tenemos el fútbol se ha convertido en uno de los pocos argumentos para la alegría, el orgullo y hasta para ratificar ese sentimiento tan raro llamado españolidad. Por cierto, ¿se ha preguntado alguna vez si usted lo tiene? Sin embargo, hay cosas muy penosas en esta España de cariz futbolístico que hemos levantado entre las ruinas de los ladrillos y el derroche. Por ejemplo, esa especie de sentimiento de culpa que nos aprisiona tras décadas de presión secesionista repudiando a España para inflamar las llamas nacionalistas. Es muy triste que en un examen en la selectividad francesa sobre compresión lectora aparezca el caso de la familia de Messi, que tuvo que abandonar Barcelona porque no había manera de encontrar un colegio en español para su hermana. Se vio obligada a regresar a Buenos Aires porque en España (repito, en España) no podía educarse en el idioma de Cervantes. Sucede en Cataluña, gobernada por los nacionalistas de CiU, Esquerra o PSC; pero pasa en Valencia, Galicia y Baleares, donde manda el PP. El lunes escuché una entrevista a Piqué en la que en diez minutos utilizó ni se sabe cuántas perífrasis para evitar pronunciar la palabra España: equipo, casa, selección, país (no dijo cuál), nuestra gente... España no es una bandera, ni un equipo, ni una moneda. España, o lo que va quedando, necesita un rescate, y no me refiero al de Merkel, que se me antoja una nimiedad ante el panorama que hemos pergeñado. # Publicado en Diario La Rioja