VIÑEDOS ALAVESES (DEL PNV)

Ahora es el vino. Bueno, llevan con esta batalla desde hace tiempo. El partido de Arana desde su fundación ha extendido todos sus tentáculos por la sociedad vasca y la navarra para hacer suya cualquiera de sus manifestaciones históricas, sociales o culturales. Todo lo vasco como exclusivamente vasco y suyo: idioma, tradiciones, arquitectura, música, gastronomía, deporte, literatura y hasta el vino. Van poco a poco. Son hormigas pero implacables. Carcunda pura que como un veneno deposita el huevo de su resentimiento y genera una metástasis que comienza en las escuelas y que por capilaridad se acaba instalando en todos los estratos de la sociedad, desde un club de fútbol a una asociación de vecinos o un grupo de bodegueros. Si uno se pasea por las entrañas de internet, no es nada difícil encontrar un buen número de ‘opinadores’ establecidos en Rioja alavesa que siempre que se refieren al Consejo Regulador lo hacen en los mismos términos que vierte históricamente el nacionalismo hacia Madrid. Logroño es el Madrid centralista y opresor desde el que se dictaminan una serie de normas vitivinícolas pensadas exclusivamente para destruir la identidad del vino vasco (sic), el más puro entre los puros y el que no puede contaminarse de la industrialización del Rioja. Se esconden tras ese paraíso inventado de pureza donde todo lo malo llega desde el otro lado del Ebro. El vino ‘maketo’ aquél que no querían dejar servir en un baztoki de Somera en 1910 y que se impuso en una votación por mayoría ‘absolutérrima’ al vasco chacolí. Más de un siglo después estamos ante la misma majadería. No son críticos con Rioja; es mentira. Son separatistas de Rioja que alentados por el PNV pretenden destruir la Denominación, romper el modelo y hacerse los amos.