UP, ¿SUSTO O MUERTE?

La gobernabilidad de La Rioja pasa porque el equipo negociador de Concha Andreu (presidenta más en acto que en potencia, dicho sea de paso) sea capaz de filtrar los intereses, retruécanos, individualidades y diferencias ideológicas y pragmáticas que fluyen por el torrente sanguíneo de Unidas Podemos, que en La Rioja y desde su nacimiento resultan mucho más complejas y enrevesadas que la tabla periódica de los elementos o que un hipérbaton de Luis de Góngora. De pequeño comprendí que las valencias servían para que los elementos confluyeran entre sí, como los números primos, que sólo se dividen entre ellos. UP es un número fractal, una almazuela que tiene la capacidad de fragmentarse hasta el infinito con corrientes internas distintas dentro de cada uno de los grupos que giran en torno a su propia e imprescindible utopía. Pero no se llevan entre ellos; en realidad no se soportan, por eso en cuanto pueden blanden cuchillos cachicuernos y extinguen sin piedad al contrario, como han comprobado Cantabrana y otros en sus propias carnes de militantes. Unidas Podemos, Equo e Izquierda Unida son tres que se dividen en dos y que se han traído a un señor manchego para ser uno sólo ante Ocón, «quien ha demostrado una nula voluntad para sentarse a negociar», según Raquel Romero, cabeza de lista de UP en La Rioja. ¿Puesta por quién? Yo atisbo que todo es un teatrillo antes del pacto de investidura, pero el futuro se antoja divertido y esperanzador para que los cronistas parlamentarios afilen sus cuchillos. UP no parece un buen socio para gobernar desde el consenso y la transacción. ¡Qué lástima que los partidos sólo atiendan a sus intereses y sólo sean capaces de seguir los designios de cada cúpula!  o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja