CÉSAR LUENA, ÁLVAREZ JUNCO Y ESPAÑA

Le pregunté el otro día en Twitter a César Luena –sin demasiada suerte, ésa es la verdad– si creía que era posible en España una izquierda con un sentido integrador de la Nación; una izquierda con una conciencia de España. No dijo nada. Al día siguiente me contestó. No directamente, pero me resolvió todas las dudas que me asaltaban a través de una de las lecturas que suele colgar periódicamente en su perfil y a las que presto singular atención. «En tiempos, por desgracia, de religión nacionalista por doquier, hay que volver a Álvarez Junco», tuiteaba Luena, que después subrayó un pensamiento del historiador catalán criado en mi querida Villalpando: «Me gustaría imaginar un futuro posnacional». No lo destacó el señor Luena, pero el siguiente párrafo del libro de Álvarez Junco no dejaba resquicio a interpretaciones: «Ver disolverse a la España en la que nací en una Unión Ibérica o en una Federación Europea no me haría derramar ninguna lágrima, sino todo lo contrario». Hay cosas de Álvarez Junco que me interesan mucho, como su idea de que un referéndum en Cataluña conduciría a España a la balcanización, y otras no tanto, como las que expone en su libro ‘Mater dolorosa’, en la que sostiene la dudosa tesis de que España es una invención de los nacionalistas españoles y la sitúa en el mismo plano con los nacionalismos periféricos producidos en los estertores del romanticismo. Y claro, ahí sí entiendo a Luena, situado detrás de la barrera en la equidistancia ante los que se han apropiado del concepto de España y los nacionalistas periféricos –conviene recordarlo– que llevan y quitan a Sánchez de la Moncloa. Lo que sucede es que España no pertenece al PP ni a Vox, España es la única garantía de igualdad y libertad frente al privilegio del nacionalismo.

o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.