A veces leo cosas y vomito: «Los vecinos de la localidad de Amer (Selva), pueblo natal de Carles Puigdemont, han podido recuperar la estelada de hierro que el lunes fue serrada por un comando unionista que se dedica a sustraer simbología independentista». Así se las gastan en el ‘Nacional.cat’, un medio nativo digital catalán hinchado a subvenciones por la Generalidad y dirigido por José Antich, director de la muy honorable ‘La Vanguardia’ durante catorce años. Considerado maestro de periodistas, José Antich ahonda en la información de la sustracción de la estelada metálica con un ‘precioso’ tuit de Joseba Azcárraga, ex consejero de Justicia, Trabajo y Seguridad Social del Gobierno vasco: «Apuntar (sic) esta matrícula de este SEAT Ibiza. Es el vehículo de quienes destrozaron la estelada en forja». Azcárraga –dónde irá el buey que no are– en su línea históricamente oprimida por el Estado español, ordena (aunque confunde el infinitivo con el imperativo) que se identifique al miembro del ‘comando unionista’ en una ‘información’ que se remata asegurando que una vez localizado por los vecinos, el unionista «se echó a llorar». Esta basura la pagamos todos. En concreto, Antich recibió 389.712 euros del gobierno secesionista que el año pasado repartió entre sus medios afines unos tres millones de euros. Pura propaganda ante la que los gobiernos centrales han sucumbido, incluso durante el 155 la Generalidad renovó por 7,4 millones sus ayudas a la prensa que llama ‘president’ a Carles Puigdemont, exiliados a los fugados o presos políticos a los políticos presos. Pero José Antich lo tiene claro: «Mi vocación es hacer un diario transversal. Queremos hacer un periódico básicamente informativo para que se sepa la realidad». Ja, ja, ja...