PEDRO Y EL ‘LACI’ TORRA

La visita del ‘laci’ Torra a la Moncloa con su lacito amarillo en la solapa de su americana es una de las imágenes más desalentadoras que ha protagonizado un presidente del Gobierno de España desde tiempos inmemoriales. El lacito amarillo de marras expresa que España es un país con las libertades afeitadas, donde el Poder Judicial actúa sin independencia a las órdenes del ejecutivo de turno y en el que se envía de forma arbitraria a cualquier disidente a la cárcel. El lacito del ‘laci’ Torra supone un insulto a la Constitución, a las libertades y al carácter democrático de nuestro país. Y por lo visto, a Sánchez Castellón le importa un absoluto pimiento y no pone el más mínimo reparo a que Torra lo luzca en una visita institucional a la Moncloa (conviene recordar que cualquier presidente de una Comunidad Autónoma es la máxima autoridad del Estado en su territorio). Torra ha faltado al respeto a todos los ciudadanos de España con una colección de insultos y vejaciones racistas que en un país normal lo hubieran incapacitado para cualquier cargo. Ha montado una algarada en USA ante un embajador que puso las cosas en su sitio y asegura que no va a invitar al Rey a Cataluña en el aniversario de los atentados yihadistas de las Ramblas. Pero Pedro Sánchez se fotografía con él en la Moncloa, le lleva a la fuente de Guiomar y consiente semejante atropello al mismo personaje al que el 18 de mayo definió como «el Le Pen de la política española». Sánchez discurre veloz hacia su sino, rinde tributo a uno de los cooperadores necesarios para su desembarco en la presidencia del gobierno y mientras tanto monta en un mes el mayor aparato de altos cargos de la historia de Moncloa. Lo que se dice coherencia. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja