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Otegi, junto a eurodiputados de la Izquierda Unitaria Europea. |
Nada nuevo bajo el sol en el discurso de Otegi en el Parlamento Europeo, donde acudió a una reunión de la ‘Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica’, al que pertenecen partidos españoles como EH Bildu, IU y Podemos. Otegi sigue con su campaña de blanqueo del terrorismo etarra por medios de comunicación e instituciones igualando en su mensaje el dolor de las víctimas y los verdugos con una falta de compasión que hace que la sangre se hiele. Es alucinante que esta izquierda (la de Garzón y la de Podemos) guarde silencio (cuando no aplauda) mientras Otegi clama en Europa porque se «libere» a todos los presos de ETA y se permita la vuelta de los «refugiados» y los «deportados» a su casa. Habla de paz Otegi y explica el conflicto vasco como si hubiera habido una guerra entre españoles y vascos. Y él, condenado por un secuestro y miembro de ETA-PM, sabe que es mentira, porque eran unos vascos los que mataban a otros vascos por el hecho de no sentirse exclusivamente vascos o, simplemente, por no callar ante la doctrina genocida de las diferentes cabezas de la serpiente terrorista. Que le pregunten a la familia de Yoyes cómo se las gastaban allí ante los disidentes; que le cuenten a Otegi los curas trabucaires que se negaban a dar responsos a los guardias civiles asesinados con las familias de ‘coreanos’ destrozadas, excluidas y reventadas por la complicidad de tantos vascos acobardados por el miedo a la pistola etarra y al tiro en la nunca. Decir que «todos hemos sido víctimas de un mismo conflicto sin distinciones entre unos y otros» supone uno de los mayores ejercicios de cinismo que imaginarse puedan. Que lo diga Otegi no sorprende a nadie, pero que la izquierda española lo contemple arrobada me suena a aquella frase de Stalin: «Emancipo al hombre de la humillante quimera llamada conciencia».
# Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja