¿LLEGARÁ EL SORPASO?
El domingo por la noche, mientras seguía el desarrollo del recuento de las elecciones autonómicas catalanas a través de la televisión pública (RTVE), asistimos sorprendidos a lo que puede ser el embrión de un acontecimiento sin precedentes en la ya no tan joven Democracia Española, el ‘sorpaso’ que soñaba Julio Anguita de la Izquierda Unida de los noventa con el PSOE pero con dos protagonistas muy distintos: el acomplejado y cinco veces derrotado Partido Popular de Mariano Rajoy y la gran eclosión catalana y española de Ciudadanos de Albert Rivera, Inés Arrimadas y Juan Carlos Girauta. Cuando en la sede naranja se gritaba «¡Soy español, español, español!», la televisión que mantenemos con nuestros impuestos nos arrebató la imagen de la noche y se fue a las catacumbas del PP para que saliera un tal Pablo Casado, que a duras penas y con una cara muy parecida a la de Mas, articulaba frases que iban del desencanto a la resignación. Obviamente, dos palabras que van clamorosamente unidas a lo que ha hecho el Partido Popular en Cataluña desde los tiempos de Aznar y Piqué y que han convertido a la gaviota azul en un partido intrascendente en una comunidad en la que su gobierno ha emprendido un camino de desafío absoluto a la legalidad vigente. Mariano y Soraya contemplan la debacle y Aznar prefiere lanzar un comunicado y no presentarse en la Ejecutiva Nacional y decirles a los ‘líderes’ populares que se van al hoyo y con él todo su proyecto. Ciudadanos empieza a ser alternativa clara ante los dos partidos hegemónicos y en caso de no llegar a tanto puede convertirse en el primer ‘aliado’ no nacionalista de la Democracia en el Congreso de los Diputados. No sé a quién le da más miedo la ola naranja, si a los nacionalistas vascos y catalanes o a los ya tan previsibles líderes del PP y del PSOE, tan acostumbrados a la rutina. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja