XAVI HERNÁNDEZ, CINISMO ESFÉRICO
Xavi Hernández es un extraordinario futbolista como atestigua la multitud de títulos que atesora tanto con el Fútbol Club Barcelona como con la Selección Española. No lo dudaré ni un instante, ahora bien, sus declaraciones sobre la pitada al himno en la final de la Copa del Rey me parecen de un cinismo absoluto, vergonzoso y lo que es peor, cobarde de todas las cobardías. El fino centrocampista ha asegurado en frío, y como producto de una presumible reflexión personal, que como «estamos en democracia todo el mundo puede opinar», y que «se debería valorar el porqué de los pitos y no sancionar». Se equivoca de plano el señor futbolista Hernández, porque pitar al himno no es opinar, es insultar y ridiculizar de forma cobarde y vil un símbolo de convivencia que representa a millones de españoles, esos millones a los que Xavi emocionó con sus jugadas en las eurocopas y en el Mundial de Sudáfrica y que le valió para recibir de manos de Felipe VI el premio Príncipe de Asturias de los Deportes, precisamente el monarca que se tuvo que tragar en soledad la descomunal silbatina con la sardónica sonrisa cadavérica de Artur Mas a su lado. Por cierto, cuando el capitán de Barça habla de valorar el porqué de los pitos, le recomiendo que hable precisamente con Mas para que le cuente cómo el nacionalismo catalán ha basado en el odio impostado a España el nacimiento de su nación de laboratorio, o cómo se ha servido de lo catalán para crear un imaginario nacional enfrentado al resto de la Nación. O que vea TV3, canal que tiene como lema máximo ‘Espanya ens roba’. Xavi es futbolista pero no creo que sea tonto, aunque se lo haga o se refugie en ese común denominador de la sociedad catalana del pensamiento único nacionalista. Pitar no es opinar, es insultar y ridiculizar precisamente al mismo Rey que le dio el premio. # Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja