LA BESTIA Y EL SOBERANO

La denominada ‘Haute Couture 4. Transport’ es una obra de la escultora austríaca Inés Doujak en la que se representa a un perro pastor alemán sodomizando a la líder boliviana Domitila Barrios de Chungara y ésta, a su vez, al rey emérito Juan Carlos I, que aparece desnudo y a cuatro patas escupiendo un ramo de flores sobre una especie de suelo formado por casos de los nazis en la II Guerra Mundial. La escultura (o lo que sea), que personalmente me parece una ridícula zafiedad repleta de mal gusto (pero eso carece de importancia porque yo, de arte, ni papa), se iba a exponer en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), hasta que ayer la dirección decidió retirarla de una exposición titulada ‘La Bèstia i el Sobirà’, que ha quedado cancelada porque la autora y el comisario de la muestra se han negado a exponer con la colección incompleta. El director del Museo, Bartomeu Marí, ha considerado la obra «inapropiada» por mucho que se trate de una alegoría sobre el poder, la bestia y el derecho (sic). Desconozco si ha hecho bien el director en cancelar la exposición y tampoco estoy muy seguro de que si en vez de aparecer Don Juan Carlos en semejante guisa, hubiera sido, un suponer, Jesucristo o el Papa o el padre del director se hubiera censurado. Tengo mis dudas y eso plantea si existen límites o si la dignidad de las personas reside en su prevalencia social o en su integridad moral. Por cierto, además del Rey aparece una líder boliviana en la que nadie ha reparado. Marí ha asegurado que «la pieza contradice el mensaje que queremos transmitir desde el museo, por lo que aunque se trata de una decisión muy difícil, lamentable, pienso que es lo más adecuado». Cuanto más se explica menos me lo explico. La provocación es consustancial a buena parte de este arte moderno. Y eso lo han conseguido. o Este artículo lo he publicado en Diario La Rioja.