DE SAMPEDRO A FRANCIS FUKUYAMA

Ha dicho José Luis Sampedro que el sistema capitalista se acaba y a mí, sin quererlo y sin comparar al escritor de la Sonrisa Etrusca con Francis Fukuyama, la reflexión me ha recordado al panfleto apoteósico del fin de la historia de aquel politólogo de Chicago que dijo que las tensiones ideológicas del mundo habían desaparecido al desplomarse la Unión Soviética y las grandes dictaduras comunistas del este de Europa. No. El sistema capitalista; es decir, lo que falsa y arbitrariamente se llama ‘libre mercado’, aunque en realidad este merodeado por toda suerte de víboras y exclusas (bancos, cajas, políticos, multinacionales y tiburones sin escrúpulos), define exactamente el apetito voraz del hombre y sus miserias. El capitalismo no se acaba porque en realidad nunca ha existido en su versión ortodoxa y canonizada por el prisma del marxismo. Digamos que la realidad nos enseña que la economía es un sálvese quien pueda y que quizás no exista otro camino para lograr la justicia social que la libertad y la concurrencia de factores en un terreno de juego marcado por la ley y la igualdad de oportunidades, es decir lo contrario a lo que se refiere Sampedro. El sistema capitalista no acaba. Desgraciadamente lo que está a punto de reventar es el estado del bienestar por su incapacidad para regenerarse y hacerse sostenible. Y para ejemplo nuestra España, con un sistema financiero sesgado por las veleidades de una clase política que controlaba la mitad del mismo a través de sus cajas de ahorro en una espiral de gastos y ridículas inversiones hasta producir tales montañas de despilfarro y déficit que el crack del 29 suena a escopeta de feria ante lo que estamos viviendo. Y eso que estábamos en la Champion League. # Publicado en Diario La Rioja