LA IMPOSTURA DEL PARTIDO POPULAR
El Partido Popular reivindica cada día la impostura como hechura de unas siglas que ni conmueven ni son capaces de arracimar a su electorado en torno a una idea o un proyecto. Basagoiti es la perfecta conjunción de rajoyismo elevado a la máxima potencia: destruye primero el legado de tantos años de lucha contra el totalitarismo vasco, le da todo a cambio de nada a Patxi López y se inmola durante tres años para cuando apenas faltan tres días para el congreso autonómico sacar la cabeza de la fosa a sabiendas de que le van a dar con un palazo en la urna para colocar al PNV o a Bildu en Ajuria Enea. ¡Impresionante recorrido! ¡Gran jugada! Hemos asistido con asombro a los congresillos territoriales para demostrar que un partido con una idea única demuestra su total falta de ideas. Aquí –y acullá– manda el jefe y el que se mueva –es decir nadie– recibirá su testarazo del aparato. A veces tengo la sensación de que las ideas a Rajoy le caben en un tupperware: «Sí es no y no es sí cuando no es todo lo contrario». Pero nadie dice nada no vaya a ser qué... El PP en tres meses se parece fatalmente al PSOE de Zapatero. De la ocurrencia al regate corto, de la nula imaginación a la absoluta falta de rigor y acierto comunicativo. Les sobran comunicadores en nómina pero son un caos comunicando. Se quejan del TC y son incapaces de cambiar nada; se duelen de las teles públicas y sólo aspiran a controlar en las que no mandan; decía Rajoy que iba a ser un presidente predecible y cada día nos asombra con una novedosa idea. Y hay más: mientras Alicia Sánchez Camacho apoya a Mas en Barcelona, CiU obstruye al PP en Madrid para seguir su delirante escalada secesionista. Y Rajoy en Quintos de Mora... con Goirigolzarri. # Publicado en Diario La Rioja